lunes, 12 de noviembre de 2012

Nuevos dioses. Cerámica de Rabí Montoya



Nuevos dioses. Cerámica de Rabí Montoya

La era postindustrial, los medios masivos de comunicación, los elementos de la cultura del espectáculo; son referentes significativos para la exposición Nuevos dioses, de Rabí Montoya, presente en el Instituto de Artes plásticas de la Universidad Veracruzana a partir del 8 de noviembre. Este artista asume el peso de los fenómenos contemporáneos y crea a partir de catorce figuras en porcelana con lustres de oro, una raza de personajes híbridos que presentan aleaciones de diferentes manifestaciones culturales, desde las más ancestrales y misteriosas hasta las más actuales y mediáticas. A Rabí le interesan los procesos sincréticos y de transculturación, como lo vulgar y lo sofisticado, lo “kitsch” y lo “auténtico”, lo local y lo global, lo popular y lo elitista, lo banal y lo trascendental. Este autor, parece pensar en la afirmación de Baudrillard en el sentido de que estamos asistiendo a la etapa final de lo real-original y nos limitamos a representar el signo de las cosas.
Rabí hace gala de una manifiesta heterogeneidad, partiendo del hecho de que la “cultura” no tiene una identidad única, al ser resultado de la influencias de diversos aportes y procedencias. Los elementos de que se vale; la actitud irónica y descomplicada, no dejan de darle un aire festivo e irreverente a algunas sus obras. Junto a la incidencia del arte local; resulta evidente la utilización de recursos procedentes del arte contemporáneo internacional. Esa revalorización de lo trivial que fue tan evidente en el arte internacional desde la segunda mitad del siglo pasado, en Rabí abrió la puerta a la utilización de imágenes promovidas por el consumo, los objetos impulsados por el capitalismo tardío son para él una forma de la apropiación vulgarizada de los antiguos dioses.
Rabí mezcla la figuración religiosa del “Niño Dios” con objetos y costumbres contemporáneas para crear obras de expresión irónica, a partir de una poética no exenta de metáforas. Sus esculturas vinculan lo popular con elementos de una identidad ambigua, valiéndose de los símbolos más diversos para rescatar una peculiar visión de la memoria colectiva. La obra de Rabí nace del cruce que se produce entre lo local y lo global; usa formas e íconos de la cultura de masas con formas propias de carácter ritual (imágenes globalizadas que se mezclan con elementos culturales locales). El artista en estas obras, también reflexiona sobre fenómenos particulares como la lucha libre.
Los Nuevos dioses de Rabí son un serie de personajes invadidos por la cultura del espectáculo (como Walt Disney), pero arraigados en su propio pasado. Para el artista esto significa la experiencia de continuas superposiciones, oclusiones y colisiones que sufre la cultura contemporánea. El artista, juega con las imágenes provenientes de diversas fuentes culturales, transponiéndolas y superponiéndolas en la misma obra, donde su proximidad pervierte el sentido de diferenciación que cada una de ellas reclama habitualmente. Todo esto tiene para él, un desafío a partir de un contexto que lee en términos de relaciones: la yuxtaposición de objetos contemporáneos con imágenes religiosas. Estos encuentros tienen implicaciones: el “Niño Dios” lleva sobre su cabeza orejas brillantes de Mickey Mouse en lugar de una aureola y “Xipetotec” es convertido en dios de la perfección.
La obra de Rabí tiene una connotación que lo vincula con lo actual, con elementos que forman parte del presente. De allí que este autor, lejos de rechazar lo nuevo, lo usa; constituyéndose en parte de una poética propia; un método para "sincretizar" el "contacto cultural”, no exento de ironía y metáfora. Para la realización de sus piezas, el artista utiliza elementos de la iconografía religiosa, pero despojándolas de su carácter ideológico; presentando un nuevo ícono, con el mismo sentido que tienen los objetos de culto o veneración para los devotos, pero eliminando lo sobrenatural; promoviendo una confrontación con la noción de identidad, mediante una mitología personal de nuevos dioses.

Manuel Velázquez
Noviembre 2012