lunes, 6 de abril de 2009

Lo primitivo y lo contemporáneo: Escultura de Roberto Rodríguez de 1991 a 2008

Roberto Rodriguez, Madera policromada y ensamblada, 1997.
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

Lo primitivo y lo contemporáneo en la escultura de Roberto Rodríguez de 1991 a 2008 en Xalapa, Veracruz


Autor: Manuel de Jesús Velázquez Torres


México, D.F. Marzo 2009

Abstract
La presente investigación analizará las poéticas que definen la obra de Roberto Rodríguez[1]. Se examinarán las características de las esculturas producidas entre 1991 y 2008 en Xalapa, Veracruz a partir de las temáticas de lo abstracto, la reducción estructural y el sentido del espacio; identificando en su obra los préstamos, influencias, tradiciones, citas y referencias culturales, además de los deslizamientos creativos entre lo primitivo y contemporáneo.
Roberto Rodríguez (8 de junio de 1959, Misantla, Veracruz), realizó estudios de escultura en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas en México, Canadá, Estados Unidos, Japón, Italia, Holanda, Brasil, Bulgaria, Dinamarca, Bélgica y Uruguay. Ha sido catedrático del Taller de Escultura de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana en 1992, 2007 y 2008. Su obra suele ser en madera con técnicas mixtas y desde hace algunos años incursiona en la cerámica. Actualmente vive en Xalapa, Veracruz, por lo que se considera que el entendimiento de su producción, influirá de forma positiva en el conocimiento del arte que se produce en la provincia mexicana.
La presente investigación analizará las esculturas de Roberto Rodríguez a partir de las funciones del lenguaje de Roman Jakobson[2] en específico la función poética o estética[3]. Esta función está orientada al mensaje de la obra, examina la capacidad significativa del mensaje y los valores connotativos. Para Jakobson la función poética, es la función propia de la literatura y, especialmente, de la poesía, pero también de la pintura, la escultura, y de cualquier manifestación que utilice un propósito estético.
Lo que interesa para esta investigación es la obra de Roberto Rodríguez; es su aparente sencillez, simplicidad y carácter íntimo, pero todavía más esa curiosa, paradójica relación entre primitivo, totémico, místico y artesanal con lo nuevo, contemporáneo y lo que viene dado por el devenir de la historia del arte.
Esta investigación considera cómo este artista ha explorado lo espiritual a través de lo material, recurriendo a menudo a ejemplos estéticos creados fuera del contexto cultural de Occidente, en su obra las categorías: antiguo-moderno, tribal-urbano, artístico-artesanal, y primitivo-contemporáneo tienen una relación de asociaciones creativas, estas asociaciones no vienen, de una fórmula repetida del primitivismo moderno, sino del equilibrio entre influencia e innovación.
La espiritualidad[4], el paisaje[5] y el uso de las formas orgánicas son tres de las principales poéticas que entrelazan la obra de Roberto Rodríguez. En particular, es notable observar cómo los símbolos, patrones y materiales provenientes de culturas llamadas primitivas han influido en la exploración de lo abstracto emprendida en su obra.
En cuanto a lo primitivo, hay mucho por definir, comenzando por su propia calificación cargada de contenidos etnocéntricos y evolucionistas[6]. Si bien el multiculturalismo y la postmodernidad han intentado una rectificación, la valoración de lo primitivo, y por ende, su situación dentro del llamado mundo del arte, no puede, por el momento, despojarse de contenidos ideológicos y políticos[7]. Sin embargo a pesar de lo ambiguo de su definición esta investigación adoptará el término, entendiendo la relación de la obra de Roberto Rodríguez con el arte primitivo en un sentido estético: su obra adoptando un lenguaje directo y vital, recurriendo a tradiciones populares pone énfasis en la belleza peculiar de la forma orgánica y en la rica textura de las fibras vegetales. El paisaje, como tema, desempeña una función importante en numerosas obras y revela las apropiaciones del artista de los símbolos y las formas del arte africano y mesoamericano.
Por otro lado, el primitivismo[8] se ha entendido como la influencia de las obras primitivas sobre artistas de occidente, quienes rechazaban las nociones occidentales del arte, como la autonomía de la forma artística, la perspectiva y las exigencias de la representación “realista” [9]. Sin embargo, el primitivismo ha pasado, de ser un referente formal en los primeros artistas vanguardistas, iniciando el siglo XX, hasta un marco ideológico en el que se puede observar una crítica a la sociedad occidental en términos no exclusivamente artísticos, el artista actual ya no es un ingenuo ni cultiva una “inocencia”, propia del ideal primitivista moderno, más bien utiliza un bagaje cultural muy amplio, propio de la sofisticación artística contemporánea[10]. Ante la inviabilidad de un retorno desprejuiciado a lo primario y a la naturaleza, en la obra de Roberto Rodríguez, entran en acción las estrategias creativas de las referencias, los cruces culturales, la economía de medios, el equilibrio intuitivo, la configuración gráfica, los soportes orgánicos y la búsqueda de lo esencial y la espontaneidad. El uso de estas estrategias referente a lo primitivo es lo que entenderemos como primitivismo contemporáneo.
Por tanto para fines de este proyecto, el primitivismo contemporáneo implica mucho más que un simple préstamo formal del arte no europeo, se relaciona con el desarrollo estilístico de este artista, por lo que, la intención será presentar el primitivismo contemporáneo no como un movimiento[11], sino como eje del debate en torno a las obras de Roberto Rodríguez y su construcción; tomando como contexto la reacción de algunos artistas actuales ante lo primitivo.
Parecería sencillo definir el arte contemporáneo como: el hacer artístico que se desarrolla en nuestra época; sin embargo, el concepto de la contemporaneidad en el arte puede ser entendido de diferentes maneras[12].
Para este proyecto, se entenderá como arte contemporáneo; el arte que atiende la teoría postestructuralista que ha acuñado el término postmoderno[13], ya que desde esa teoría se vislumbra la imposibilidad de seguir creando desde los preceptos de la originalidad y la novedad (elementos propios de la modernidad); en lugar de ello se apunta a elementos como reinterpretación, resignificación y el giro lingüístico con el fin de ampliar el concepto de arte y establecerlo como un acto comunicativo. Por lo que, el arte contemporáneo no será entendido en el sentido cronológico del termino, sino en ese sentido inédito que ha hecho de lo contemporáneo una manera especifica de hacer arte.
Esta investigación registra también las interrogantes relacionadas con las siguientes cuestiones:
¿Cuál es el carácter de la obra de Roberto Rodríguez? ¿Cuáles son sus valores expresivos? -y si la enmarcamos en el arte contemporáneo- ¿Cuál es su carácter estético? -además- ¿Cómo dentro de la producción de escultura contemporánea existen signos con valores estéticos propios de las artes llamadas primitivas?
Conviene aclarar que no se propone un tratado sobre arte primitivo, primitivismo y/o arte contemporáneo, lo que interesa es alcanzar un análisis que nos permita definir estos términos de manera conveniente, pertinente y suficiente para poder extrapolar sus características al estudio de la escultura de Roberto Rodríguez.
Introducción
Esta investigación analizará la obra de Roberto Rodríguez desde de las funciones del lenguaje de Roman Jakobson, se enfocará al estudio de las poéticas de la espiritualidad, el paisaje y el uso de las formas orgánicas, mediante el análisis de los ejes temáticos de lo abstracto, la reducción estructural y el sentido del espacio. Así también observará la relevancia de lo primitivo en su obra comparándola con la de otros autores en el arte contemporáneo. Por tanto el objetivo, también es, presentar una reevaluación del primitivismo desde una perspectiva contemporánea
En las esculturas de Roberto Rodríguez, las formas están reducidas a estados primarios de orden y complejidad, mediante un criterio de economía: máximo orden y mínimos medios, y de sistemas de producción manual o de tipo artesanal; las esculturas están trabajadas de tal manera que expresan su carácter matérico revalorando la aparente sencillez de los materiales[14]. La intención es que el análisis de estos criterios de semántica y pragmática contribuyan a un conocimiento más profundo de su producción.

El estado de la cuestión
La construcción del estado de la cuestión se realizó a partir de la revisión sintetizada de la información publicada sobre el tema, evaluando el estudio particular de cada problema; primero, las fuentes que abordan el trabajo de Roberto Rodríguez en los periodos determinados; posteriormente, lo relativo a la función poética, la reducción estructural, lo primitivo, el primitivismo y el arte contemporáneo.
Para ello, el punto de partida fue el análisis de distintas aproximaciones que sobre el trabajo de Roberto Rodríguez han realizado Raquel Tibol, Graciela Kartofel, Daniela Becerra, Omar Gasca, Raúl Berdejo, Laurent Luneau, José Manuel Springer y Francisco Vidargas[15]. Se estudiaron las funciones del lenguaje de Roman Jakobson[16] en específico la función poética o estética. Así también, se analizaron algunas teorías, definiciones y conceptos sobre arte primitivo, primitivismo y arte contemporáneo, sobre todo aquellos vinculados a establecer una relación entre estos últimos. Se desarrollo dicho análisis a partir de los textos sobre el primitivismo y lo primitivo de Gombrich, Colin Rhodes, Estela Ocampo, Sally Price, Hallpike, Leonhard Adam, Bihalji-Merin[17]; arte contemporáneo de Simón Marchán Fiz, Cynthia Freeland, Herschel B. Chipp, José Javier Esparza, Juan Martín Prada, Robert Morgan y Anna María Guasch[18].
A partir del material trabajado se establecieron los criterios para el estudio de lo primitivo en la obra de Roberto Rodríguez.
Para iniciar la construcción del estado de la cuestión referente al tema principal se retoman las distintas críticas y ensayos que en torno a la obra de Roberto Rodríguez se han realizado. En lo general, son textos cortos para catálogos que analizan la obra de Roberto Rodríguez pero sin profundizar.
Sin embargo, para comenzar este recorrido, se analiza el trabajo elaborado por; la maestra Graciela Kartofel, intitulado: Esculturas, Roberto Rodríguez[19], en él la autora sintetiza algunos conceptos que se desarrollaran en esta tesis.
La primera afirmación consiste en que Roberto Rodríguez transita por los territorios del pasado y el presente simultáneamente y al conducir este par de opciones, ratifica su contemporaneidad.
La segunda afirmación, se basa en que la memoria artística, en este caso la obra de Roberto Rodríguez, conserva el pasado a través de procesos de selección e interpretación, por lo que para la maestra Graciela Kartofel, el arte de Roberto Rodríguez, establece nuevas prácticas para el entendimiento del pasado.
Esta investigación, se centra en el lenguaje artístico contemporáneo, y dentro del mismo, la escultura de Roberto Rodríguez. En tanto el espacio elegido es el arte contemporáneo mexicano, que construye un determinado relato artístico, es importante profundizar en el período histórico contenido en el tema[20].
La tercera afirmación de la maestra Graciela Kartofel dice que la memoria artística cumple una función para la identidad de un grupo social, favoreciendo su integración. A partir de esto último, cada sociedad construye una memoria artística que selecciona lo significativo y que le confiere una dimensión en el presente, forjando, la obra de Roberto Rodríguez, a partir de estas características su identidad. Por lo que es importante estudiar el entorno natural y cultural donde nace su obra.
Continuando con esta construcción de una definición de lo primitivo en la obra de Roberto Rodríguez, otro artículo pertinente es el realizado por Omar Gasca “Metáforas de papel[21]”. En el mismo, el autor analiza la paradójica relación entre lo viejo y lo nuevo, lo primitivo y lo moderno en la obra de Roberto Rodríguez, otra vez, la irresuelta tensión entre primitivo y contemporáneo; de esta manera, el autor vincula la memoria del pasado con el presente.
Para Francisco Vidargas[22], Roberto Rodríguez, incluye en sus trabajos elementos sencillos, comunes, objetos poco atendidos, ignorados (semillas, huesos, fibras, hilos, papel y pieles), opuestos a la búsqueda de elementos industriales propios de algunas creaciones artísticas de nuestra época. Este aspecto, aporta a la construcción del estado de la cuestión, una dimensión que nos permite dar cuenta de la unidad de visiones en torno al tema, pero también de la necesidad de profundizar en estas afirmaciones.
En cuanto a lo primitivo, de acuerdo a Roger Bartra[23], en la Edad Media, occidente construyó la idea del otro. El salvaje o el hombre primitivo reunían los atributos de la “sin razón” y la locura que se oponía a la idea de razón y cordura del hombre civilizado occidental. La sexualidad desenfrenada y lo natural eran característicos del otro, símbolo de la otredad occidental. El negro africano, el indio americano, el loco eran los representantes más recurrentes.
Para Roger Bartra lo primitivo existe sólo para occidente y se construye en oposición a la construcción de civilización y progreso. Por lo que para este autor, el hombre primitivo es en principio una construcción occidental. Es lógico suponer que las civilizaciones africanas, oceánicas y americanas no se consideran a sí mismas -ni a su arte- como primitivas.
De acuerdo a Estela Ocampo[24], hace poco más de un siglo las obras que hoy figuran dentro del arte africano, oceánico y americano no eran consideradas arte. El mundo del arte occidental no creía que fueran dignas de su estudio. Para que el llamado arte primitivo - en su gran mayoría utilitario y de culto- formara parte de la historia del arte occidental, debió llevarse a cabo un proceso de asepsia, de estetización y purificación que dejara fuera todo lo ajeno a la concepción occidental del arte.
Para Estela Ocampo: el término primitivismo se empezó a usar en el arte moderno para describir tendencias que se manifestaban en diferentes movimientos artísticos que van del simbolismo al art nouveau y hasta el expresionismo abstracto[25].
En el arte, continúa esta autora, fue la ruptura producida por las vanguardias y su crítica a la verosimilitud, el esteticismo y sensualismo, lo que originó la posibilidad de que las producciones primitivas entraran en el campo del arte occidental. El primitivismo es un fenómeno interno de occidente que inició con Gauguin, Brancusi, Picasso y Matisse. Después, en 1905, continuó con los fauves "fieras" que iniciaron una revisión de las llamadas artes primitivas, cuestionando el paradigma clásico-renacentista. Posteriormente seguirían el surrealismo y los pintores expresionistas abstractos, que se entrecruzaron bajo una creencia común: el hombre primitivo es nuestro contemporáneo, idea que Bretón lanzó siguiendo la afirmación de Freud, quien en su “Tótem y Tabú” expuso que El hombre prehistórico era, en cierto sentido, nuestro contemporáneo[26].
El deslumbramiento que los artistas modernos sintieron por las obras de arte primitivo se expresa en la obra de Picasso, Les Demoiselles d'Avignon (1907), que representa una ruptura con la tradición de la pintura europea del siglo XIX[27].
Mucho camino ha recorrido el arte contemporáneo desde los comienzos del primitivismo de manos de Gauguin, Picasso o Matisse, y los artistas han pasado de una reelaboración fundamentalmente formal de las obras de arte no occidentales a un interés por su significado y su relación con la cultura. El primitivismo del arte occidental del siglo XX se convierte, muchas veces, en una ruta del arte contemporáneo y también en la posibilidad de una apreciación estética del arte primitivo.
De esto se desprende que cada momento artístico tuvo una visión determinada sobre su pasado y sobre el arte de otras culturas, por lo que es importante destacar que la escultura de Roberto Rodríguez representa una interpretación actual, que une distintas experiencias artísticas sobre lo primitivo, pero que, aunque excluye, no elimina los relatos que no quedan contenidos en ella.
En el quinto capítulo de su libro, La preferencia por lo primitivo[28], Gombrich examina el tema de la relación entre la génesis de la vanguardia y el primitivismo moderno, partiendo del análisis del papel que desempeñó, a finales del siglo XIX, la apreciación de las formas del arte primitivo en el proceso de emancipación de los valores formales emprendido por los artistas de la vanguardia. Gombrich vuelve a recorrer en estas páginas caminos explorados en otros textos anteriores, sin cambiar el itinerario, a pesar del tiempo transcurrido desde su primera publicación. El historiador cifra la causa de un cambio fundamental en la orientación del arte moderno en la aparición, durante la segunda mitad del siglo XIX, de un conflicto, inexistente en la plástica anterior, entre los valores formales y los valores miméticos, entre un tipo de arte centrado en la búsqueda de armonías formales y uno centrado en el desarrollo de los medios más adecuados para representar la realidad. Este conflicto desembocó en el reconocimiento de la independencia de estos dos sistemas de valores, y supuso para los artistas la posibilidad de indagar en torno a la forma en sí misma, sin necesidad de ajustarse a las convenciones o a los criterios de corrección de la mimesis. Gombrich narra en estas páginas cómo la apreciación del arte denominado primitivo —el renovado interés por las artes decorativas, por el arte japonés, el arte africano, el arte popular o el románico y la aventura de Gauguin— contribuyeron de una manera esencial al reconocimiento de la autonomía de los valores formales que se halla en el origen de las vanguardias.
Es por esto que, con lo analizado por Gombrich sobre el primitivismo y lo Primitivo, pensamos en las “reacciones” artísticas respecto a “lo primitivo” como un lugar de tensión y negociación continua, con una dimensión conflictiva inherente a sus procesos de construcción.
En este contexto, parece pertinente revisar una propuesta como la de Sally Price[29], en la que plantea argumentos importantes sobre la conceptualización del arte primitivo desde la perspectiva occidental, intentando esclarecer si el arte primitivo se desprende de una producción tan reflexiva como espontánea; dentro de una intencionalidad artística como el resto de lo que colocamos en la categoría de “arte”.
Después de revisar este texto se apunta a que gran parte del análisis en torno al lugar que ocupa el arte primitivo en la actualidad y su valorización se desprende del proceso de descontextualización que le atañe: primero del desplazamiento de su entorno cultural motivado por intereses cognitivos o mercantiles, la división en la apreciación desde lo funcional o lo estético, la ambigüedad de pertenencia entre el ámbito artístico o etnográfico y el cuestionamiento de la capacidad de generar una experiencia estética independientemente del carácter funcional en determinada cultura del pasado.
La obra de Claude Lévi-Strauss[30] es en este sentido una puerta abierta, dado que su libro El pensamiento salvaje introdujo una concepción completamente diferente sobre la mentalidad primitiva a la establecida hasta el momento. Para Lévi-Strauss las sociedades primitivas, las sociedades sin escritura, no se encuentran en un proceso evolutivo inicial que necesariamente debería llevarlas a los parámetros de las sociedades “civilizadas”, sino que entrañan una distinta manera de concebir al Hombre y al Mundo. A diferencia de lo establecido en la literatura antropológica de las primeras décadas del siglo, Lévi-Strauss no piensa las sociedades primitivas como “simples”, sino que por el contrario, establece que sus sistemas organizativos son extraordinariamente complejos. Tras una aparente sencillez o simplicidad existe un profundo sustrato de pensamiento.
En este campo de disputas es que se introduce el artículo producido por Colin Rhodes[31], donde el autor afirma que es imposible encontrar una visión única del pasado compartida por toda una sociedad; lo que hay es una interpretación artística frente a lo primitivo.
Este autor define el primitivismo como el proceso por el cual se construye un conocimiento artístico ligado a una visión del pasado; y teniendo en cuenta, entonces, que la obra de Roberto Rodríguez, viene a integrar ciertos elementos comunes del pasado, lo cual convierte su obra en un primitivismo contemporáneo.
Por esto se considera que el estudio de sus obras es significativo para el arte contemporáneo, por la forma en que incorpora interpretaciones del pasado en los procesos actuales, en este caso la escultura.
Hay dos modelos que se ofrecen como alternativa para estudiar lo primitivo en el arte contemporáneo: el arte tribal y el arte infantil. Ambos ejemplifican los extremos de aquel primitivismo que denominaban Primitivismo cronológico y Primitivismo cultural: lo que no tiene convenciones porque no ha crecido o porque ha quedado al margen: lo infantil y lo salvaje. Pero, como comenta Gombrich[32], lo infantil y lo tribal no pueden identificarse sólo con los pueblos llamados "primitivos", ya que estos también tienen una historia antiquísima y han desarrollado tradiciones complejas y en ocasiones auténticamente refinadas. Hay diferencias fundamentales entre un adulto nativo de una tribu y un niño, sin menoscabo de uno u otro.
No obstante la afición de los artistas por lo infantil y lo tribal, intentando oponerse a las convenciones de un arte convencional, se relaciona con la regresión, una disposición que ha sido estudiada por el psicoanálisis. El artista se permite a sí mismo soltar las amarras de la realidad y quedar a merced de las corrientes caóticas del inconsciente. La regresión psicoanalista supone una cierta analogía entre el comportamiento infantil, lo primario y vital, que puede conseguirse en un estado regresivo.
Los pueblos tradicionales africanos, oceánicos y americanos influyen profundamente en el desarrollo del arte contemporáneo. Su aspecto mágico, su identificación con el inconsciente y los mitos como fuerza creadora de imágenes atraen a un sin número de artistas hoy. El primitivismo en el arte actual se convierte en la columna vertebral de algunos artistas y también en la posibilidad de una apreciación más integral del arte de las sociedades no occidentales.
Para Estela Ocampo en su artículo “a la manera de los primitivos: trascender lo real”,
Los artistas que actúan a partir de la década de los 70 tienen un referente primitivista distinto que los artistas de las primeras vanguardias. Para aquellos artistas “descubridores” del arte primitivo, como Picasso, Matisse, Derain o los expresionistas alemanes del Brücke y el Blaue Reiter, el elemento fundamental era el objeto de arte primitivo, descontextualizado y convertido, aunque no exclusiva si fundamentalmente, en referente formal. La mirada de artistas pertenecientes al land art, body art, arte conceptual, happenings o performances, enfocaba otros aspectos del arte y las sociedades primitivas[33].
Para estos artistas fue fundamental el salir de los ámbitos artísticos, es decir la galería y el museo, ambos sometidos a una crítica radical junto con el mercado del arte, para situar su obra en el contexto social o en el ámbito natural, lo cual hizo que se fijaran en aspectos que tenían más que ver con la organización, el pensamiento y el ritual de las sociedades primitivas que en los objetos que utilizaban como intermediarios. Más que objetos, lo que interesa a los artistas que trabajan a partir de la década de los 70 en contextos y formas no habituales del arte hasta el momento, es la relación que existe en las sociedades primitivas entre el arte y la sociedad.
Este estudio también analiza el concepto de posmodernidad. El término designa el estado de la cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas de juego de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del siglo XIX. Aquí se situarán esas transformaciones con relación a la crisis de los relatos[34].
Para Lyotard, el saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada postindustrial y las culturas en la edad llamada postmoderna. Esta condición postmoderna en el arte es lo que ha cambiado los relatos de originalidad, autenticidad y a puesto el acento en el estudio del arte como un acto comunicativo:
Simplificando al máximo, se tiene por «postmoderna» la incredulidad con respecto a los metarrelatos. Ésta es, sin duda, un efecto del progreso de las ciencias; pero ese progreso, a su vez, la presupone. Al desuso del dispositivo metanarrativo de legitimación corresponde especialmente la crisis de la filosofía metafísica, y la de la institución universitaria que dependía de ella. La función narrativa pierde sus factores, el gran héroe, los grandes peligros, los grandes periplos y el gran propósito. Se dispersa en nubes de elementos lingüísticos narrativos, etc., cada uno de ellos vehiculando consigo valencias pragmáticas sui generis. Cada uno de nosotros vive en la encrucijada de muchas de ellas. No formamos combinaciones lingüísticas necesariamente estables, y las propiedades de las que formamos no son necesariamente comunicables[35].
En cuanto al arte contemporáneo, la crítica María Minera afirma que: es posible que lo único que despierte verdadera unanimidad al interior del llamado arte contemporáneo (que ha sido descrito por algunos críticos como “una de las últimas zonas de tolerancia”) sea que no hay unanimidad acerca de nada: nadie sabe bien a bien lo que es el arte contemporáneo y pocos, de hecho, quieren saberlo[36]. En lo referente al sentido de esta afirmación sobre arte contemporáneo, entendemos que no define, pero si comprende lo complejo del término. Para nuestro propósito, no basta con definir “lo contemporáneo” como una cualidad propia de los objetos artísticos que reconocemos como actuales.
Por lo tanto, esta investigación analizará el arte contemporáneo a partir de la posmodernidad, Francois Lyotard[37] fue quien habló y escribió de una condición posmoderna. Su estudio tuvo por objeto analizar la condición del saber[38]. La condición posmoderna “designa el estado de la cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas de juego de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del siglo XX.
En el recorrido hecho a través de diferentes autores, se construyó un estado de la cuestión en lo referente a la obra de Roberto Rodríguez y a las teorías sobre primitivo, primitivismo y arte contemporáneo.
Luego de realizar este repaso, se concluye que esta investigación dará la oportunidad de conocer la producción artística de Roberto Rodríguez desde una perspectiva actual del primitivismo, constituida por factores artísticos, rituales y míticos, históricos y psicológicos.
Este análisis confirma que no hay una única visión de lo primitivo, sino una pluralidad. Los conceptos: primitivo y contemporáneo, se encuentran en continua lucha y negociación en el arte; y desde lugares como el análisis de la obra de Roberto Rodríguez se implementan diferentes criterios, que construyen una postura integradora, que permite valorar, en este momento histórico, una posición artística actual ante lo primitivo.

Planteamiento del problema
El problema principal de esta investigación es conocer cuáles son las principales poéticas en la obra de Roberto Rodríguez en la propuesta escultórica realizada durante el periodo de 1991 a 2008, en Xalapa, Veracruz.
Los problemas secundarios que se plantean son: cómo opera lo primitivo, lo orgánico, la reducción estructural y el espacio en sus esculturas; cuáles son las prácticas similares entre su proceso creativo y el de otros autores contemporáneos y de qué manera el vivir en una zona periférica afecta la producción, difusión y análisis critico de su obra.
Hipótesis principal
La propuesta escultórica de Roberto Rodríguez puede ser estudiada a partir del análisis de las poéticas de la espiritualidad, el paisaje y el uso de las formas orgánicas. Su obra contiene valores expresivos y estéticos que favorecen la reflexión entorno a lo primitivo, orgánico, espacial y mínimo.
Hipótesis secundarias
Su obra, opera a través de la creación de contrastes como: antiguo-moderno, tribal-urbano, artístico-artesanal, y primitivo-contemporáneo.
Existen afinidades entre su producción y la de algunos contemporáneos a través de la temática, los nuevos modos y materiales característicos del arte actual.
Los valores expresivos y estéticos de su obra están relacionados con la escena artística de Veracruz y los relatos artísticos en México: Metrópolis Vs Periferia, Centro Vs Provincia.
Justificación
Este proyecto pretende contribuir al conocimiento de la obra y la propuesta estética de Roberto Rodríguez, proporcionando para este estudio instrumentos críticos y teóricos actualizados y adecuados a la situación de la reflexión historiográfica y estética presente.
Este trabajo persigue también analizar diversos aspectos de su arte relacionados con lo primitivo, lo orgánico, la reducción estructural y el uso del espacio atendiendo a cuestiones teóricas y a problemas de interpretación. Pretende plantear argumentos sobre el debate histórico-artístico del primitivismo contemporáneo. Por lo que, no se pretende hacer una investigación temática sobre el primitivismo moderno, que ha sido ampliamente estudiado por diversos investigadores[39], sino tratar de extender sus características al arte actual y, buscar las rutas del primitivismo moderno dentro de la obra de este autor.
El aporte de la investigación a los estudios de arte es contribuir al conocimiento de la obra que se realiza en la provincia de México.
Finalmente, se pretende contribuir a la difusión de la obra plástica de este autor mediante la elaboración de un catálogo, inexistente hasta ahora.
Objetivos
Objetivo general:
El principal objetivo, de la presente investigación, es determinar las poéticas dominantes de la producción escultórica de Roberto Rodríguez, se sustentara este análisis en el estudio de los diferentes ejes temáticos de sus obras, a partir de las funciones del lenguaje de Román Jakobson[40] en específico la función poética o estética.
Objetivos particulares:
· Determinar las influencias del primitivismo predominantes en su obra.
· Identificar materiales, técnicas y procedimientos de su producción artística.
· Contribuir al conocimiento de la producción artística que se realiza fuera de la Ciudad de México, en específico la obra de Roberto Rodríguez.

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[1] Sus investigaciones creativas ofrecen una visión reveladora sobre la abstracción, la espiritualidad contemporánea y la relación con los materiales y las formas orgánicas.
[2] JAKOBSON, Roman, Life, Language And Art, Richard Bradford, Taylor & Francis Ltd, 1994; Ensayos De Poética, F.C.E. México, Colección: lengua y estudios literarios, 2006.
[3] Aparece en expresiones en las que el mensaje llama la atención sobre sí mismo. Se incide en la forma del enunciado, en el cómo se dice.
[4] Los intereses, presentes en los sistemas de creencias de muchas culturas no occidentales, se revelan en varias de sus obras. La antigua espiritualidad mesoamericana y africana relacionada con la fertilidad y el paisaje, encuentra ecos más contemporáneos en este autor.
[5] Entendiendo el paisaje como una construcción cultural, una metáfora del lenguaje plástico, en su acepción más llana: el entorno de los seres humanos. En la obra de Roberto Rodríguez es una reflexión sobre la aproximación y descripción de la naturaleza. Para Gombrich, la admiración por los efectos logrados por Claude Lorrain, fue lo que llevo a los entendidos británicos del siglo XVIII a descubrir la belleza de lo que llamaron paisajes pintorescos, esto –según este autor- influyo en el culto de los románticos por la naturaleza en la poesía y en el arte. GOMBRICH, E.H., La imagen y el ojo, editorial Debate, 2002
[6] El término primitivo ha sido duramente cuestionado por muchos críticos. Gran parte de las críticas recalcan la manera en que este término es utilizado, en ocasiones para nombrar lo no occidental de forma peyorativa, muchas otras para mencionar la apropiación de los artistas occidentales de la estética de las creaciones artísticas de los pueblos no occidentales; unas más para hablar de regresiones sicológicas o de lo que se considera no tecnológico, burdo, salvaje e infantil; estas definiciones, y otras más, expresan con frecuencia calificativos negativos diferentes al sentido que tendrá en esta investigación. Muchas de estas críticas surgieron en un principio como respuesta a la exposición Primitivismo en el arte del siglo veinte que se presentó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1984. Adam Leonhard, ¿Qué es el arte primitivo? Editorial Novaro- México, s.a. colección quiero saber, traducción de Berta Taracena, México, 1962. RUBIN, William, Primitivism in 20th century art, Affinity of the tribal and the modern, New York: Museum of Modern Art Boston, 1984. GOLDWATER, Robert John, Primitivism in modern art, Cambridge: Belknap Press of Harvard University Press, 1986. RHODES, Colin, Primitivism and modern art, London: Thames and Hudson, 1994. HARRISON, Charles, Primitivismo, cubismo y abstracción, los primeros años del siglo XX, Madrid: Akal, 1998.
[7] Como comenta Thomas McEvilley, la diferencia es la dominación posmoderna, la multiplicidad parte de una concentración en la diferencia, estableciendo un principio autoritario al reducir la innumerable multiplicidad a una uniformidad oculta; para McEvilley se debe aspirar al difícil ideal consistente en dejar que las cosas sean lo que son, o lo que eran cuando eran ellas mismas, antes de quedar integradas en una categorías que no son las suyas. De allí que la posmodernidad –continuando con las ideas del autor- no enuncie un principio unificador de la calidad, sino muchos principios pluralistas relativizados, tampoco enuncia un principio unificador de un movimiento general, ni del pasado artístico, ni, de la historia, así como tampoco de ninguna jerarquía definida. Thomas McEvilley “Abrir la trampa. La exposición posmoderna y Magos de la Tierra” GUASCH, Anna María, Los Manifiestos del Arte Posmoderno, (ed.), Madrid, Akal/Arte contemporáneo, 2000, p. 365.
[8] El término primitivismo se empezó a usar en el arte moderno para describir tendencias que se manifestaban en diferentes movimientos artísticos que van del simbolismo al art nouveau y hasta el expresionismo abstracto. A diferencia de estas corrientes artísticas, el primitivismo no designa a un grupo organizado de artistas, o un estilo identificable en un momento histórico particular, más bien reúne una serie de “reacciones” artísticas respecto a “lo primitivo”. Existe una buena cantidad de arte primitivista, que no tiene ninguna relación directa con el arte no occidental: su “primitivismo” reside en el interés del artista en la “mente primitiva” y generalmente se distingue por los intentos de acceder a formas fundamentales –primarias- de pensar y de ver. OCAMPO, Estela. Primitivismo y arte primitivo, Publicado en Nueva Revista, Madrid, n. 80, marzo-abril 2002. Paginas 1 a 7.
[9] OCAMPO, Estela. Primitivismo y arte primitivo, Publicado en Nueva Revista, Madrid, n. 80, marzo-abril 2002. Paginas 1 a 7.
[10] OCAMPO, Estela, “A la manera de los primitivos: trascender lo Real”, Real/Virtual en la estética y la teoría de las Artes, Barcelona, Paidós, 2006, p.127-151, S. Marchán Fiz, compilador.

[11] Rasgos como éstos no constituyen una corriente artística, pero sí permiten analizar las expresiones comunes entre la obra de Roberto Rodríguez y la de otros autores.
[12] El arte de toda la Edad Contemporánea (que comienza a finales del siglo XVIII) o limitado al arte del siglo XX. El arte del mundo actual (que se entendía era el posterior a la Segunda Guerra Mundial — 1945; y actualmente se entiende que es el surgido de la caída del muro de Berlín — 1989) o al arte surgido en la historia inmediata (tomando como hito, por ejemplo, el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York — 2001).
[13] El término postmoderno es consagrado y difundido por Jean-François Lyotard en su libro: La condición postmoderna, 1979. En la postmodernidad se borra la distinción entre arte de élite y arte popular, entre crítico y aficionado, entre artista y público, y aparecen las formas culturales de masas. Se declara la muerte de la vanguardia, de la novela, de los valores tradicionales, del racionalismo y del humanismo. Es la época de la «nueva sensibilidad» (Irving Howe), lamentada por el mismo Howe, celebrada en cambio por Susan Sontag. LYOTARD, Jean-François, La condición postmoderna, 4ª edición, Ediciones Cátedra, S.A.1989.
[14] VIDARGAS, Francisco. Memorias de la piel, escultura y obra en papel de Roberto Rodríguez. Catálogo de exposición Pinacoteca Diego Rivera, IVEC. Xalapa, 1999.
[15] TIBOL, Raquel, Cita en Xalapa. Se citaron en Xalapa para constatar diferencias y afinidades. Catálogo de exposición de Roberto Rodríguez, Per Anderson y Manuel Velázquez, Galería Metropolitana, Universidad Autónoma Metropolitana, México, DF. 1996.
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[16] JAKOBSON, Roman, Life, Language And Art, Richard Bradford, Taylor & Francis Ltd, 1994; Ensayos De Poética, F.C.E. México, Colección: lengua y estudios literarios, 2006.
[17] GOMBRICH, Ernst H. Gombrich Esencial. Textos escogidos sobre arte y cultura, Edición de Richard Woodfield. Parte VI. El primitivismo y lo Primitivo, Lo Primitivo y su valor en el arte, Editorial Debate, Madrid, 1997. GOMBRICH, Ernst H. La preferencia por lo primitivo: estudios por la historia del gusto y el arte de occidente; traducción de Juan Manuel Ibeas. Debate, Madrid, 2003.
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[18] MARCHÁN Fiz, Simón. Del Arte Objetual al Arte de Concepto (1960-1974), 3ª. Edición. Edit. Akal. Madrid, 1986. MORGAN, Robert C. Del arte a la idea. 1ª edición, Editorial Akal. Madrid, España, 2003.
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[19] KARTOFEL, Graciela. Esculturas, Roberto Rodríguez, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Tuxtla, Gutiérrez, Chiapas, 2002, colección Cuadernos de Arte.

[20] ¿Qué pasa con la obra contemporánea producida en provincia con respecto a la que se hace en el centro? ¿Qué pasa con la obra producida en Xalapa con relación a la que se produce en otras ciudades culturales importantes, como Oaxaca, Guadalajara, Monterrey o Tijuana, e incluso con la que puede prestigiarse en sedes como Nueva York, Miami, París, Madrid y, por supuesto, Alemania?

[21] GASCA, Omar. “metáforas de papel”, semanario cultural performans, editorial graffiti. Xalapa, Veracruz, 2008.

[22] VIDARGAS, Francisco. Memorias de la piel, escultura y obra en papel de Roberto Rodríguez. Catálogo de exposición Pinacoteca Diego Rivera, IVEC. Xalapa, Veracruz, 1999, pág. 3. VIDARGAS, Francisco. Manuel Velázquez y Roberto Rodríguez: universos paralelos. El Petit Journal, noviembre de 2004, pág. 7, San Miguel de Allende Guanajuato, México.
[23] BARTRA, Roger, El salvaje en el espejo, Ediciones Destino, S.A. segunda edición, Barcelona, 1996.
[24] OCAMPO, Estela. Primitivismo y arte primitivo, Publicado en Nueva Revista, Madrid, n. 80, marzo-abril 2002. Paginas 1 a 7.
[25] Ídem.
[26] FREUD, Sigmund, Totem y Tabú, en “Obras Completas” Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 1968. Traducción de Luis López Ballesteros. Tomo II, pag. 511.
[27] No existe ningún precedente en el arte occidental para un tratamiento igual del rostro Humano. En esta obra de Picasso se observa el abandono de la tradi­ción mimética y la primacía del subjetivismo estético característico de la modernidad, y derivado de la substitución de una concepción del arte basada en la representación de la realidad por una basada en la expresión del artista. OCAMPO, Estela. Primitivismo y arte primitivo, Publicado en Nueva Revista, Madrid, n. 80, marzo-abril 2002. Página 5.
[28] GOMBRICH, Ernst H. La preferencia por lo primitivo: estudios por la historia del gusto y el arte de occidente; traducción de Juan Manuel Ibeas. Debate, Madrid, 2003.
[29] PRICE, Sally. Primitive Art in Civilized Places. The University of Chicago Press, 1989.

[30] LÉVI-STRAUSS, Claude. El pensamiento salvaje, México: FCE, 1972.
[31] RHODES, Colin, Primitivism and modern art, London: Thames and Hudson, 1994.
[32] GOMBRICH, Ernst H. La preferencia por lo primitivo: estudios por la historia del gusto y el arte de occidente; traducción de Juan Manuel Ibeas. Debate, Madrid, 2003.
[33] OCAMPO, Estela, “A la manera de los primitivos: trascender lo Real”, Real/Virtual en la estética y la teoría de las Artes, Barcelona, Paidós, 2006, p.127-151, S. Marchán Fiz, compilador.
[34] LYOTARD, Jean-François, La condición postmoderna, 4ª edición, Ediciones Cátedra, S.A.1989.Pág. 4.
[35] Ídem.
[36] MINERA, María. “Voces en el concierto. Arte contemporáneo en México” en Letras Libres, México, México, febrero de 2003, pp. 24-28.

[37] LYOTARD, Jean-François, La condición postmoderna, 4ª edición, Ediciones Cátedra, S.A.1989.Pág. 4 y 5.
[38] Lyotard plantea que el saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada posindustrial y las culturas, en la edad llamada posmoderna. Este paso ha comenzado cuando menos desde fines de los años cincuenta que para Europa señalan el fin de su reconstrucción. LYOTARD, Jean-François, La condición postmoderna, 4ª edición, Ediciones Cátedra, S.A.1989.Pág. 4 a 7.

[39] Por citar solo algunos: GOMBRICH, Ernst H. Gombrich Esencial. Textos escogidos sobre arte y cultura, Edición de Richard Woodfield. Parte VI. El primitivismo y lo Primitivo, Lo Primitivo y su valor en el arte, Editorial Debate, Madrid, 1997; GOMBRICH, Ernst H. La preferencia por lo primitivo: estudios por la historia del gusto y el arte de occidente; traducción de Juan Manuel Ibeas. Debate, Madrid, 2003; RHODES, Colin. Primitivism and modern art, Thames and Hudson, New York, 1994; OCAMPO, Estela. Primitivismo y arte primitivo, Publicado en Nueva Revista, Madrid, n. 80, marzo-abril 2002; PRICE, Sally. Arte primitivo en tierra civilizada; tr. Victoria Schussheim, 1993.
[40] JAKOBSON, Roman, Life, Language And Art, Richard Bradford, Taylor & Francis Ltd, 1994; Ensayos De Poetica, F.C.E. México, Colección: lengua y estudios literarios, 2006.

domingo, 5 de abril de 2009

LA FORMA MÍNIMA, NUEVO ÍNDICE, ABRIL 2009

Manuel Velazquez y Manuel Kunjama, La piedra filosofal, 2009


Índice tentativo
Índice de imágenes



INTRODUCCIÓN



Capítulo 1: ANTES Y DESPUÉS DEL MINIMALISMO



1.1. El minimalismo
1.1.1 Origen
1.1.2. Conceptos
1.1.3. Características principales
1.1.3. Los autores y las obras



1.2. Tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo
1.2.1. Antecedentes: la crisis de la Modernidad
1.2.2. Definiciones sobre Arte Contemporáneo: tres fuentes teóricas del Arte Contemporáneo
1.2.3. La máxima minimización en el arte actual
1.2.4. Los autores y las obras



Capítulo ll: EL PROCESO CREATIVO



2.1. La importancia del proceso en la obra de arte



2.2. Tres teorías sobre el proceso creativo



2.4. El proceso de máxima minimización en el proyecto la forma mínima
2.4.1. La literalidad y especificidad
2.4.2. La estructura primaria
2.4.3. Las técnicas, los materiales y los soportes



Capítulo lll: LA FORMA MÍNIMA, LA PRODUCCIÓN PICTÓRICA PERSONAL



3.1. Antecedentes: los instrumentos alógicos



3.2. La especificidad en la pintura
3.2.1. ¿Porqué la reducción estructural?
3.2.2. ¿Es posible hablar de vacio de contenido?
3.2.3. El compromiso con al expresión



3.3. El concepto de forma mínima
3.3.1. La sobremodernidad y la cultura del espectáculo
3.3.2. El exceso contra la forma mínima en el arte actual
3.3.3. ¿Otra ves el minimalismo?



3.4. Las obras



Conclusión
Notas
Bibliografía

LA FORMA MÍNIMA

Imagen 1: Brancusi, 1925.



Imagen 2: Richard Serra, s/t, 2000


La forma mínima: características y artistas del minimalismo.


El presente texto aborda las características principales del minimalismo, a través del análisis de las obras de los artistas más representativos.
En 1965, el teórico y artista Donald Judd, publicó un artículo en la revista Specific Objects en el que exponía las razones por las que abandonaba la pintura en favor de la escultura como soporte para expresar sus ideas de absoluta objetividad. Ese mismo año, Richard Wollheim emplea por vez primera, el término ‘minimal’ para referirse a obras reduccionistas.
El minimalismo tiene sus orígenes en obras de Constantin Brancusi (imagen 1), Alexandre Rodchenko y Vladímir Tatlin en las que ya aparecía la idea de reducción estructural y máxima minimización.
El artista minimal sitúa sus referentes creativos en el propio objeto artístico alejándose de esta manera de toda interferencia con el mundo exterior. A principios de la década de 1960 surgió una generación de artistas radicales que adoptaron la escultura como medio para exponer sus ideas; entre sus principales exponentes estaban el propio Judd, Robert Morris, Carl Andre, Robert Ryman (imagen 6), Dan Flavin, Stephen Antonakos (imagen 3), Sol LeWitt (imagen 4) y Richard Serra (imagen 2). Crearon una serie de obras, que definían como estructuras o sistemas, en las que el predominio de las formas geométricas elementales y de los materiales más rudimentarios era absoluto.La obra minimalista insiste, de forma metódica, en manifestarse mediante formas puras, poco expresivas, carentes de gestualidad y de tema tratando de lograr la factura impersonal, como reacción contra la preeminencia del expresionismo abstracto.Para conseguir la reducción formal deseada el objeto minimalista, de un estilo puritano y estricto, se despoja de todo adorno decorativo y se remite a las relaciones del espacio circundante que se resaltan ya sea por el efecto específico de la luz sobre el material, como por la expansión del volumen.Las obras del minimal art se relacionan con diversas experimentaciones escultóricas y pictóricas en las que se da una fuerte base geométrica, el uso de colores industriales planos y las formas elementales. La primera ambición de las obras minimalistas fue la de combatir la parte de ilusionismo que se daba en la escultura tradicional; se eliminó cualquier posible interpretación ulterior a favor de la sola percepción inmediata de la obra, imperando el orden, la simpleza y la claridad.

Imagen 3: Stephen Antonakos, Red Box Over Blue Box Inside Corner Neon, 1973


Otras características de estas obras son la gran escala, la concepción de la obra en función del propio espacio interior donde tenía que exponerse, la relación espacial objeto-sujeto, el uso preferente de formas reductibles y primarias consideradas como un todo, el sistema modular que imprime rigidez y uniformidad a la composición y, así mismo, la participación de una metodología serial, que permite que los elementos se dispongan unos cerca de otros dando lugar a una continuidad y sucesión de los mismos. Son estas características las que confieren a las obras una poética rígida, fría, de una gran claridad estructural a la que se une la del color pretendiendo que el espectador dedique mas tiempo a reflexionar sobre la obra que a contemplarla. Debido a que esos objetos no presentan virtualmente ningún incidente y en apariencia tampoco complejidad los espectadores los encontraron inertes, estériles y aburridos.



Imagen 4: Sol LeWitt Sin título, 2000


Cuando estudiamos un objeto con tan poca atracción visual como un cubo de acero, nuestro interés estético tiende a virar de las relaciones internas a las externas; por ejemplo, a la relación entre nuestro concepto ideal y mental de “cubo” y la forma y la iluminación constantemente alteradas del cubo mientras lo contemplamos y nos movemos a su alrededor.Otro aspecto a tener en cuenta es la relación entre el objeto artístico y el espacio negativo de su ubicación arquitectónica.




Imagen 5: Carl Andre “Steel-Magnesium Plain”


Gradualmente, los minimalistas fueron creando una escultura que se ajustase a galerías determinadas, en consecuencia la instalación total se transformó en el foco fundamental de atención en vez de los elementos individuales que la componían. Como resultado las exposiciones de arte se hicieron intransferibles y dependieron de la capacidad del artista para repetirlas.
La mayoría de las obras minimalistas eran fabricadas por compañías industriales que trabajaban siguiendo las instrucciones del artista haciendo evidente la “despersonalización” y carencia de cualquier gesto o huella particular; por esta razón, y en este contexto se prefiere el término “objeto de arte” que “obra de arte”. Para los minimalistas el rol de las instrucciones era el equivalente a la partitura en música. En apariencia los “objetos” del minimal art se parecen mucho al moblaje modular, a los aparatos caseros y a las formas austeras de la arquitectura “funcional”. Al ejemplificar “lo Standard”, la repetición y la repetitividad, reflejan fielmente el carácter de la sociedad industrial de occidente. Igualmente la popularidad de los procesos sistemáticos y de los pedidos en serie del arte norteamericano de la década de los sesenta evoca la lógica de las ciencias aplicadas y la administración de empresas.




Imagen 6: Robert Ryman Sin título, 1969.

La estética del minimalismo es una “estética de la limpieza” que ejemplifica los valores de aseo y seguridad de la clase media. Durante la segunda parte de los sesenta la hegemonía de esta estética comenzó a declinar ya que los artistas comenzaron a escapar de la espiral del reduccionismo que rápidamente produjo telas en blanco y objetos mudos.
Carl Andre entre 1958 y 1966 elaboró las bases de su carrera artística partiendo de esculturas de madera, concebidas para exponerlas en el suelo que se implicaban con su entorno.
Le interesaba la escultura como “Lugar”. Esta concepción de “Escultura como lugar” puede parecer extremadamente moderna, pero muestra al mismo tiempo características ancestrales. En muchas de las esculturas para exteriores de Andre se pueden reconocer reminiscencias de la sencillez elemental de los monumentos del paleolítico.
Cuando empezó a exponer hacia mediados de la década del 60 no se entendió fácilmente el radical acercamiento de Carl Andre a la escultura; la mayoría de los visitantes de la primera muestra del artista, ni siquiera se atrevieron a entrar en la galería: todo el suelo estaba cubierto de losas de cemento excepto en algunas áreas desnudas que dejaban entrever el piso de madera; el espectador tendría que caminar sobre las losas para entrar en la galería, pero para el público de 1967 eso era demasiado pedir.

Manuel Velázquez
Marzo, 2009.


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