miércoles, 10 de diciembre de 2008

Reflexiones

La representación sensible pertenece al arte, que revela la verdad en una forma individual. Esta imagen encierra sin duda, sentido profundo, pero no tiene por objeto hacer comprender la idea de su carácter general, porque esta unidad de la idea y de la forma sensible constituye precisamente la esencia de lo bella de las creaciones del arte que lo manifiestan y esto es hasta en poesía el arte intelectual por excelencia.

Hegel Lecciones de Estética.



REFLEXIONES ACERCA DE LA IMPORTANCIA DE LA CRÍTICA PARA EL MDO DEL ARTE
Por Belen Valencia

El arte es una forma de pensamiento, en definitiva es una manera de entender al mundo y como menciona Manuel Velázquez de conocimiento. Ya Hegel lo emparentó con la religión y la ciencia. También dijo que su destino había terminado. Desde el momento en el que nuestra inteligencia se orienta con principios abstractos (conceptos) en lo que se refiere a arte, hablamos de otra cosa no de su muerte pero si de su evolución. El arte de nuestro tiempo esta vigente aunque se ha vuelto demasiado especulativo, en la actualidad somos capaces de comprender todo lo que compete a la producción artística desde esta perspectiva filosófica; entramos en el ámbito de la estética: del discurso y dejamos en segundo tono el de la plástica objetual. Pero entonces como puede un artista de cuadros, en este tiempo seguir creando, lucrar, vender y vivir de su obra cuando desde hace mas de un siglo se afirma que el arte a muerto y lo más actual en cuanto a arte es lo efímero e intangible en la obra, happenings, performances, etc.

La realidad es que desde el momento histórico en que surge el mercado del arte este no ha dejado de evolucionar junto con sus corrientes, cambia, se adapta, se contrae y como Frankenstein (abominable al fin), el mercado del arte ha tomado vida propia, es un pastiche de corrientes, que alberga la “miseria espiritual del consumismo..” ( Jose Luis Brea. El Tercer Umbral).
Lipovetsky habla del consumo como destino y afirma en su ensayo de La Felicidad Paradójica que “…necesitamos menos consumo como imaginario multiplicador de la satisfacción, pero también necesitamos más consumo, como requisito para reducir la pobreza y aumentar la expectativa de vida”.


El papel de la crítica.

La información sobre arte, el background de la obra y el artista, nace como herramienta fundamental del mercado. En el siglo XVIII la burguesía se interesó por el coleccionismo. Fuera ya de los circuitos privados de la nobleza o del amparo de la Iglesia, el artista necesitaba un respaldo crítico para defender su propuesta. Los salones de París, organizados por la Academia y las primeras páginas de opinión escritas por Diderot, suponen una forma nueva de comprender la presencia del arte en la sociedad.

Surge así un debate intensísimo sobre el gusto. El mercado exige un certificado público de calidad para poder apoyarse en algo, para justificar un precio, esto que en el presente trabajo será llamado Fortuna Crítica.

Por esta razón, sostenemos que el crecimiento del mercado ha impulsado así mismo el desarrollo de la crítica de arte. Más o menos integrados, los críticos han tenido cada vez más peso. Sus palabras han creado escuelas, estilos, momentos únicos de la historia del arte, que pese a ser Historia es narrada en tiempo real.

Manuel Velázquez un artista contemporáneo al darse cuenta de la importancia de la crítica en la plástica y la deconstrucción de los conceptos “del artista romántico” inculcados en su facultad le han valido el reconocimiento, esfuerzo y el goce de fortuna crítica y le ha permitido, lo que para pocos artistas contemporáneos es valido: el vivir de su trabajo y su obra, buscando distintos modos de seguir produciendo incluso en serie (artesanías) y mantenerse vigente en el mercado con su producción de obra personal única e irrepetible.

Para Manuel todo el arte actual es conceptual, pues debe ir respaldado por un discurso que lo valide, como bien sabemos, la plástica ha cedido su posición central a la palabra y por ende el mercado mismo se transforma en manifestación estética. Es incluso la manifestación artística mas pura ya que si el arte como forma de conocimiento algo nos enseña es: lo que implica vivir en nuestro tiempo, el mercado coincide con la idea de que nuestras relaciones son altamente discursivas incluso las personales, somos imagen a partir del discurso, el “el verbo se vuelve plástica” nuestras acciones, deben estar validados mediante tácticas y estrategias (se puede decir que nuestras actitudes son mercadológicas) nos obligan a establecer ante la sociedad un preconcepto que nos permita sobrevivir forjando un camino exitoso tanto personal como laboralmente.

Un hecho si es que no se debe dejar a un lado la realidad, que a pesar de que la mercadotecnia que se cree alrededor de cualquier cosa, la verdad existe y una obra o producto que carezca de calidad, por muy buen sustento crítico que tenga o muy buena mercadotecnia, será permeado por el paso del tiempo e invalidada finalmente.

Es cierto que el discurso lo ha ocupado todo, la palabra es la materia del arte. Como si el conceptual fuese una variante de la poesía, hoy en día abundan artistas que sin conocer la realidad técnica de sus obras simplemente se dedican a idearlas, a pensarlas y no cogen una herramienta.
Entonces el discurso se convierte en el objeto artístico mismo, es difícil distinguir entre plástica o estética ya que una toma el lugar de la otra, Manuel convierte en conceptual su obra por medio de la palabra, agregada a la imagen, como vemos al paso de sus distintas series, una simple palabra con una función puramente enunciativa transforma el sentido de la obra.

¿Es entonces la función del objeto plástico muy alejado a la de la poesía?
La gran diferencia es que la poesía se sirve de la naturaleza de la palabra para llegar a su formalización, el arte actual persigue al objeto que se sumerge en un concepto para hacerse tangible. Lo que el poeta habría expresado en una métrica exquisita el artista lo transforma en objeto: en cosa. Como menciona Heidegger, lo cosifica, al mismo tiempo esta “coseidad” del objeto artístico nos revela el mundo.

El arte actual exige la ligereza de los elementos, incluso la obviedad, Ej. Giles y George con su discurso altamente homosexual, Bárbara Kruger, discurso acerca del impacto mediático, etc. El mercado actual, exige la idea brillante, que seduzca, inmediatamente al espectador, como la comida rápida el arte hoy se programa para ser visto en quince minutos, un abrir y cerrar de ojos radical. De la misma forma en que nos relacionamos con todo lo demás, el impacto mediático como dice Mcluhan nos seduce, asistimos a la tribalización de las relaciones todo lo queremos rápido, no hay lugar para la espera ni para la paciencia, un claro ejemplo lo vemos con el surgimiento de comida rápida, la realidad es que establecemos nuestras relaciones en la vida alrededor de rituales de comida, nos casamos, hacemos una fiesta con comida, invitamos a comer a quien apreciamos, compartimos la comida con quien confiamos, convivimos, alrededor de comilonas, pero que sucede cuando incluso el antiguo ritual de sentarse a comer es sustituido por los locales de FastFood, el arte se transforma y se proyecta, se ensimisma, se vuelve fácil de consumir y de digerir como nuestras relaciones ( artes gráficas ) y se proyecta como nuestras relaciones con las cosas y con las personas como arte efímero, pero que no te alimenta, no nutre, en nada y volvemos al cuestionamiento del consumismo como reflejo de la contemporaneidad y la miseria de espíritu.

Manuel afirma que a diferencia de la idea romántica de arte que tenia en la universidad ha descubierto mediante la práctica que la profesión de artista requiere de paciencia, sacrificio y perseverancia, hay que trabajar mucho” y producir constantemente”… afirma. Y en mi opinión mucho de inteligencia y relaciones para poder mover tu trabajo.

El mercado del arte está validado por la fortuna crítica es evidente con el elocuente ejemplo de Clement Greenberg quien impulsó el expresionismo y lo convirtió en el arte nacional de los estados unidos.
La información pues es fundamental para el coleccionista, si quiere ser coherente en sus adquisiciones debe, tener un bagaje estético-plástico bien choncho. Aun así, nos encontramos en o mas allá de la posmodernidad, una época de la deconconstruccion, de invalidación de los metarrelatos. Ninguna historia es la definitiva ni quiere decir que no sea la que mantenga en primer lugar los intereses del mercado.

¿Que hay con la autonomía de la obra, no debe ser el hecho de estar frente al objeto artístico un momento de sublimación? ¿un momento donde se nos revele el mundo por medio de la obra? Como es que se nos va a revelar lo mismo que con una foto que con un cuadro abstracto que con un happening que dure solo diez min.

La autonomía del arte no hubiera sido posible sin el mercado, el comercio ha potenciado la diversidad de estilos, el artista dejo de estar al servicio del mecenas para estar pendiente de las tendencias y propuestas artísticas con las que debía competir.

Sin importar la ideología de la obra pasaba a su mismidad, el valor plástico o estético que esta aporta. Claro que detrás de todo esto también están los críticos.
Canon y decoro ambos conceptos premodernos ocupaban el lugar actual de la crítica y del juicio, lo cierto es que la libertad del artista esta siempre condicionada de alguna forma, hoy día se condiciona a la oferta y la demanda.
Como es que el happening y la performance, encontraron lugar en el mercado, al no ser obras objetuales condicionadas a un tiempo y un espacio, serían una trampa para los curadores, ya que estas serian imposibles de volver a ejecutarse bajo las mismas condiciones idénticas, lo cierto es que artistas como Cristo, obtienen patrocinios impresionantes para financiar obras efímeras de gran magnitud.

Las artes plásticas fascinadas por la idea de imagen movimiento-temporalidad, paga por ellas y ha podido venderlas, el hecho es que teoría y crítica, van de la mano sin embargo lo que el teórico de arte tarde en aceptar el galerista o marchante de arte solo tiene que ponerle precio.
Las palabras se visualizan en el imaginario individual y ocupan poco espacio en la imaginación de los coleccionistas, alentada por los marchantes de arte y galeristas, el impacto es ante todo verbal.
Si bien pues, estos venden poesía al precio de pintura por un canal que antes correspondía a las artes plásticas.
En el caso de una performance, es como si compráramos boletos para el teatro, en realidad obtenemos la idea de público y actores, bien dicho sea de paso, que pagando por el cuerpo del arte nos llevamos únicamente el concepto mismo, más un sinfín de relaciones inmiscuidas en el proceso tanto económicas como sensibles, cuando compramos las fotos o el proyecto de una performance, estamos adquiriendo la imagen que representa la idea o promesa compra, en este caso: de goce estético. El happening, performance etc. es un montón de bienes intangibles que se nos resuelven. Es entonces que se nos aclara la idea: el mercado es lo mas estético que nos vamos a encontrar, es la obra misma.

En el caso del performance que en su concepto mas puro hacen jugar al espectador lo divierten y lo vuelven el autor del mismo (ya que si nadie lo esta viendo entonces no pasa nada). La obra, es una creación autorreferente, que no pasa de ser un lugar vacio donde se produce la acción.

La realidad respecto al arte actual esta en el discurso y si no hay discurso no hay arte. En las ferias internacionales se plantea el arte conceptual pero los discurso cada ves son mas densos, y a la vez el objeto es mas simple, el arte conceptual asume dos posturas tan extremas como veraces, una que se puede hacer creer cualquier cosa al espectador siempre y cuando esta cosas fuese verbalizable y dos, que mientras mas vacía esté esa cosa , mas grande será el abanico de posibilidades e interpretación, ya que hay menos que interpretar.

Lo más artístico: El mercado en si.

Desde que Marcel Duchamp en 1917 presentó su famosa “Fuente” la firmó como R. Mutt y le dio vuelta no es otro el mérito que decir que la palabra se había convertido en el recurso más revolucionario de un artista. Aunque el Arte conceptual nacía al margen de la crítica y el mercado, la inversión de seis dólares de Duchamp en su mijitorio le trajo cuantiosos beneficios y la crítica ha seguido hasta hoy reflexionando acerca de ese trabajo. Con el tiempo hizo suficientes reproducciones para que todos los grandes museos de arte contemporáneo pudieran tener su Fuente. Así mismo Magritte, con su cuadro “Esto no es una pipa” puso en jaque entre la obra, la idea, el objeto en si y su representación. ¿Qué es lo que compro al comprar este cuadro? Una pipa, la idea de la pipa su representación? Si lo estoy pensando lo estoy entendiendo.

Hegel afirmo: el arte es una forma de pensamiento y así mismo confirmó el arte ha muerto; un siglo después tenemos viviendo al arte o la idea de arte, en forma artificial con oxigeno, esto es una discusión teórica, pero no inválida ya que este devenir o muerte del arte da lugar a una nueva concepción y manifestación de lo artístico.

Lo cierto es que vamos de lo plástico a lo discursivo a la hermenéutica. Foucault observa a la literatura como una herramienta social de revelación de la falsa conciencia. Todo necesita un discurso.

Lenguaje e imagen convergen conformando la realidad del individuo. Las imágenes son por un lado, experiencias mediadas y codificadas por los medios de producción visuales, y por otro lado son vistas, son miradas como generadoras de significados donde lo real y lo simbólico se mezclan y diluyen en lo cotidiano, impulsan la estetización de la vida diaria. ¿Hay algo más estético que el consumo derivado de la sobreexposición a imágenes?

La mirada es lo que en última instancia, dota de significado a la imagen. La mirada es la que crea y organiza la realidad. Wittgenstein y Foucault remarcan que el lenguaje conforma la realidad. No se tiene el mundo de un lado y de otro el lenguaje. Siguiendo a Schopenhauer que afirmó: "El mundo es mi representación" se puede sostener entonces que -Mi lenguaje y mi mundo son uno-

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